ISLAM MARROQUÍ : UNA APROXIMACIÓN AL PACIFISMO Y LA CONVIVENCIA Las cuatro constantes
[color=#999999][size=09]Le 04-07-2016 à 12:34:12 [/size][/color]
[b][justify][size=12][color=#333333] Don Abdelaziz Aiaidi Larosi, doctor en ciencias islámicas y formador de los imámes de Tánger, pronunció el 20 de mayo de 2016 un ponencia en el Pabellón Hassan II de la Fundación Tres Culturas de Sevilla, dentro de las actividades “XI congreso de la Sociedad española de ciencias de las religiones”. La ponencia de nuestro ulema tangerino versó sobre “El islam marroquí, una aproximación al pacifismo y a la convivencia” (Las cuatro constantes).
“Le Jou
al de Tanger” tiene el honor de compartir su contenido con sus lectores por etapas: [/color][/size][/justify][/b]
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[b]LA CONVIVENCIA[/b]
Se define la convivencia como la acción de convivir (vivir en compañía de otro u otros). Y cuando se habla de convivencia entre las distintas religiones nos referimos a la aceptación del credo del otro en toda su dimensión. Y no es aceptación real cuando a alguien insulta impunemente y hacer una caricatura del símbolo más preciado en una religión como es la figura de nuestro Profeta Muhammad.
No hay duda que la convivencia entre religiones, es harto conflictiva y lo testifica el número cada vez más creciente de conflictos calificados como religiosos a lo largo y ancho del mundo en que vivimos, y no precisamente por la esencia de las religiones, sino por otras razones poco o nada espirituales.
Así como el monoteísmo es la base del islam, la convivencia es una de sus características más importantes de su credo.
El islam establece de forma clara que toda la humanidad es una gran familia cuyo su origen es uno, ya que todos los seres humanos somos criaturas de Dios. Debe haber igualdad y respeto pleno entre todos los seres humanos. Dice el Corán:
“¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os conozcáis unos a otros.” (Asura 49/13)
El Corán insiste que el conocimiento mutuo es el camino de la convivencia.
Algo similar se da en todas las religiones.
Lógico pensar, que si las religiones mantienen en su seno esta visión un tanto idílica y universal, que es lo ocurre para que haya tantos conflictos de índole religiosa. Seamos más concretos y hablemos de la convivencia de los musulmanes en Occidente en general.
El mundo en que vivimos está profundamente dividido en un Norte, a pesar de sus contradicciones, rico, poderoso y egocéntrico y un Sur, aún con sus diferencias y matices, no padece solamente de la miseria y de los problemas profundos y complejos que trae el subdesarrollo, sino que carece de algo tan esencial en la vida de los seres humanos como es la esperanza .
La juventud de la población en los países del Sur, que en principio debiera ser una bendición, se debate en una situación harto desesperante por falta de esperanzas debido a la aplicación de unas economías que no responden a las necesidades más fundamentales de los habitantes, y ante un Norte que plantea un complejo dilema en sus mentes. El Norte es percibido por ellos como un adversario histórico cuya hostilidad no tiene visas de cesar: guerras coloniales, agresiones a países soberanos, intromisiones enmascaradas, expolio y empobrecimiento sistemático de millones de personas, pero sobretodo el aliado dominador y el sostén consolidado de los tiranos que minan desde dentro las sociedades del mal llamado tercer mundo.
En paralelo con esto, el Norte es visto como un paradigma en lo que atañe a las libertades individuales, a los logros sociales, al adelanto científico y a mil cosas más, que pocos son los que rechazarían sacrificar parte de su identidad cultural y unas comodidades que ofrecen una sociedad cuyo concepto de familia es mucho más solidario que en Occidente, para optar por la emigración.
Un culpable de peso en este aspecto, es la apología del presente como filosofía hartamente promocionada por los medios de comunicación occidentales, propiedad de las grandes corporaciones, que distorsionan la realidad para domesticar a las masas que sustentan el capitalismo insaciable, tiene a su vez, consecuencias catastróficas en el Sur. Es tal el impacto de estos medios que muchos jóvenes de las clases bajas, y menos bajas, prefieren aventurarse en un sueño casi imposible y arriesgado a buscar un medio para mejorar la realidad en que viven.
Buscan la forma de emigrar con un ímpetu irresistible y los que lo consiguen pronto se dan cuenta que en esta costa del Estrecho no se atan perros con longanizas, como dice el dicho español, y que la brecha entre Norte y Sur no es tan abismal como creían cuando se trata de gente desvalida. Y la cosa se hace aún más insostenible cuando la cultura que lleva uno en sus fueros inte
os es rechazada y su religión está estigmatizada por siglos de enemistad y rechazada sistemáticamente por supuestos más ideológicos que religiosos.
Eso pasa con los nuevos emigrantes. ¿pero qué ocurre con los musulmanes que nacieron en Europa?
La Europa apremiada por la necesidad de mano de obra descalificada tras la II Guerra Mundial abrió sus puertas a centenares de miles de trabajadores del Sur. No se sabe a ciencia cierta si ha habido alguna preocupación por la presencia de un elemento cultural exógeno. El caso es que ningún país, que yo sepa, puso los cimientos de una reflexión responsable sobre el futuro de estos emigrantes y de su descendencia. No se han realizado esfuerzos serios para integrarlos realmente y no imponerles una especie de alienación carente de sentido.
La integración real, a mi entender, debe realizarse desde una acción educativa que minimice la brecha entre lo autóctono y lo foráneo. Lo desaconsejable sería poner contrapisas a las ansias de estas comunidades a vivir su cultura o a practicar su religión pero, a la vez ser contundente con ellos, como con otros ciudadanos, a la hora de aplicar las leyes. Al fin y al cabo son las leyes las que organizan la convivencia en todas las sociedades y , por supuesto, son las que siembran la segregación y el odio.
Habría que implantar un cultura de diversidad religiosa. En España, a título de ejemplo, el catolicismo apostólico y romano fue la única religión preponderante desde el expulsión de los moriscos y de los judíos en el siglo XV . ¿A que nadie recuerda que el año 1609, y siguientes han sido expulsados medio millón de español (moriscos) por su religión? Hoy día, son ocho religiones oficialmente reconocidas por el Estado español y por lo tanto se impone un cultura que sensibilice a la población contra los perjuicios que podrían imanar de esta situación novedosa.
Estos ciudadanos europeos de fe musulmana, necesitan más que nada protección. Protección a través de la implantación de políticas educativas contra toda clase de segregación.
Protección legal contra cualquier forma proselitismo que conlleve una llamada a la violencia, a la discriminación de la mujer sea del índole que fuere. [/color][/size][/justify][right][size=9][color=#999999]Photo :DR[/color][/size] [/right][size=9][color=#000000]Par : Abdelaziz AIADI [/color][/size]
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